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Pies cansados y doloridos ¡Ayuda!

Congestionados todo el día en los zapatos, tus pies se van hinchando hasta que ya no pueden más y explotan. ¡Y no hablemos si te gusta lucir tacón alto! ¡O zapatos acabados en puntas prohibitivas! Oi oi oi… Acabamos el día buscando puntos de apoyo o espacios donde sentar el pompis para sentir alivio, descargar un poco de tensión y desenado llegar al coche o a casa para quitártelos.
 
Los pies siempre se apoyan en la misma zona que por presión, se vuelve más y más dolorosa con el paso de las horas hasta llegar a esa sensación de ardor e incomodidad. Para ponerle solución, cuando llegues a casa y te quites los zapatos, o bien antes de meterte en la cama, hay que relajar y reconectar tus pies con el resto del cuerpo.
 
¿Cómo hacerlo? Es de lo más fácil. Los pasos para hacerlo de un modo exprés y eficaz son:
 
  1. Métete en la ducha o la bañera y pásate un chorro de agua templada tirando a fresquita y después fría por los pies y sube hasta las pantorrillas.
 
  1. Seca bien los pies y ponte con las 2 manos una crema con propiedades refrescantes. En Mumona tenemos varias opciones que te van a ir fenomenal según tus necesidades:
 
Nº95 crema para pies con tomillo y orégano de L:A Bruket (20,95€)
Con activos procedentes de la agricultura orgánica y 100% natural. Estimula el riego sanguieno, aporta bienestar e hidrata tus pies en profundidad con mucho cariño.

 
Foot spa con aloe vera y mentol de Byothea (8,50€)
Si además de los pies se nos cargan mucho las pantorillas. Descongestiona, calma y relaja. Muy recomendable también para embarazadas.

 
Bálsamo pies y callos de Apeiron (13,50€)
Un tratamiento intensivo para aquellos pies que sufren de durezas y que necesitan un alto nivel de nutrición. Es un producto vegano.
 
 
  1. Para ponerte la crema hazlo con un masaje ejerciendo la presión adecuada hasta que encuentres tu punto de bienestar (sabrás cual es cuando te pongas a ello). Para hacer el masaje… Primero estira los dedos uno a uno y después presiona la planta y el tacón con los pulgares. Termina con un vaivén con la planta de tu mano en la zona del peine y ejerce un punto de presión encima para terminar.
  2. Ponte un poquito más de crema (que quede el pie con sensación un poco pringui), unos calcetines de algodón y hasta el día siguiente.
 
Ya verás que al despertar tus pies estarán renovados, suaves y listos para la acción. Lo sentirás...

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